Es evidente que estamos asistiendo a una transformación global en los ámbitos económico, político, social y medioambiental. Muchos creemos que esta transformación trae consigo un cambio de conciencia, es decir, que será necesario salir de lo conocido, reformular paradigmas, conectar con la Naturaleza y abrir ojos, corazón y mente a otros niveles, a otras leyes…
Puede que resulte interesante conocer las Leyes de la Naturaleza tal como las describió el Dr. Eduardo Alfonso (1894-1990) Doctor en medicina, teósofo y médico naturista. Sus enseñanzas ofrecen su visión sobre como debería ser el funcionamiento del ser humano, viviendo en armonía con los principios naturales.
Según menciona en su obra, Curso de medicina natural en 40 lecciones (1940) el estudio de la Naturaleza nos demuestra que existe un orden natural regido por leyes. Este orden natural se realiza por la Armonía, que es la adecuada relación entre las partes y el todo. Nos referimos a la Naturaleza en su conjunto como uni-verso, es decir, la realización de lo uno en lo varío.
La escuela Naturista
El ideal de la escuela naturista, es ayudar a cada cual, a ser su propio médico y maestro, pero enseña también a preservarse de la presunción y la vanidad. El discernimiento es la mejor guía, y mientras no se tenga una clara comprensión y conocimiento de un asunto, no hay que dudar en asesorarse y consultar a quien se halle más capacitado. En este concepto, es inaceptable el que sin conocimiento suficiente pretende guiar a otros.
Sostiene la escuela naturista la necesidad de armonizar la filosofía con la ciencia y es indispensable reformular el modo de pensar, de vivir y de curar, si se quiere garantizar la salud.
Las Leyes
Para E. Alfonso, la filosofía naturista lleva implícita una idea de evolución o progreso, tanto en el orden físico como en el intelectual, como en el espiritual. Toda idea o acto en sentido de retroceso no es naturista.
Echemos un vistazo a las Leyes de la Naturaleza que, según el Dr. Alfonso, todo naturista debía conocer, comprender y practicar.
I. Ley del Movimiento
El movimiento es el modo de manifestación universal. La vida es movimiento y la inercia muerte. Todo en último término son vibraciones, porque este movimiento alterna con momentos de reposo. No existe el movimiento continuo, tenemos día/noche, sueño/vigilia, inspiración/expiración, sístole/diástole, etc. son grandes vibraciones de la Naturaleza, análogas en un todo a las del sonido, la luz,…en el mundo de lo pequeño.
II. Ley del Amor
El Amor es la ley de armonía y por tanto de creación y conservación de la vida. Amor es reconocimiento de la Unidad de Todo. El Universo se manifiesta por medio de fuerzas creadoras, conservadoras y destructoras, en lo que se refiere al orden físico y estas tres categorías de fuerzas son una en esencia.
III. Ley de Evolución
Todo lo existente lleva inherente la tendencia y fuerza para convertirse en algo superior. Esta ley es una consecuencia de la ley del Amor que atrae a todos los seres hacia la unidad de su origen. La evolución emplea como medio el mecanismo de la Vida y de la Muerte, cuando la forma (vida) ha dado su máximo rendimiento, se destruye (muerte), pasando a formas de más elevada categoría.
IV. Ley de los Ciclos
Todo lo existente evoluciona por ciclos, llamándose ciclo a una trayectoria (movimiento) en el tiempo y en el espacio, al final de la cual, los seres, aunque en forma semejante a la del comienzo, han avanzado un grado en su evolución. La vida humana, las estaciones, los días, las plantas,… todo en la Naturaleza, tiene un inicio y y un cierre, dando paso a nuevas formas de manifestación.
V. Ley de la Finalidad
La evolución tiene un sentido finalista, es decir, la consecución de un objetivo de índole trascendental o superior. Nada en la Naturaleza sucede por capricho.
VI. Ley de Jerarquía
En la Naturaleza, existe una jerarquía evolutiva de orden natural que asegura el triunfo de lo más apto y por tanto del progreso biológico. En el ámbito humano, cuando no se respeta esta ley, se genera desarmonía en la colectividad y se desvaloriza al ser humano digno.
VII. Ley de Armonía
La existencia de todos los seres, exige una adecuada relación entre las partes y el todo, que se manifiesta por el máximum de libertad y rendimiento en la función de cada parte, juntamente con el máximum de ayuda mutua en favor del todo. Nada ni nadie aislado tiene valor por sí mismo, sino por sus relaciones con las demás partes. Todo coopera ordenadamente al plan natural cumpliendo el papel correspondiente a su grado evolutivo.
VIII. Ley de Adaptación
Todos los seres adaptan su vida al medio que los rodea para defenderse contra él y para aprovecharlo en su beneficio. La ley de adaptación es recíproca por cuanto el medio ambiente es modificado por los seres vivos, que es a quienes corresponde la iniciativa del cambio. Es el ser, quien modifica el medio en un principio, por su actividad voluntaria intrínseca, aunque sin dejar de adaptarse al medio para no perecer. Esta ley se halla condicionada por la de los contrarios y la de los ciclos.
IX. Ley de Selección
En la lucha para adaptarse al medio prevalecen los más aptos y sanos, garantizando de este modo el progreso evolutivo de la Naturaleza. A lo largo de la historia podemos observar a través de ciertos eventos, como las epidemias, que esta ley se ha manifestado, lamentablemente.
X. Ley de Herencia
Gracias a esta ley, lo adquirido por la ley de adaptación y depurado por la selección, se mantiene y eleva a través de la vida. Lo bueno se hereda para el progreso de las especies, aunque cierto es que también se hereda lo malo, lo que conduce a la degeneración del ser.
XI. Ley de Analogía
Lo que es en el mundo físico y tangible, es como lo que existe en el mundo metafísico e invisible y lo que se realiza en lo grande, se realiza también en lo pequeño, para efectuarse el hecho de lo uno en lo vario. En todos los aspectos de la vida rigen las mismas leyes naturales. Podemos encontrar múltiples analogías, que sustentan esta ley. En las creaciones industriales del hombre se ve la forma en que actúa esta ley. Nada ha inventado el hombre cuyo mecanismo no preexista en algún ser de la Naturaleza.
XII. Ley de los Contrarios
La percepción de cualquier cosa exige la existencia de su contrario, que la complementa y constituye con ella una unidad (luz y sombra, día y noche, bien y mal,…) Es la ley de los Opuestos Complementarios que nos da el clarooscuro de la vida.
XIII. Ley de Causa y Efecto
Todo acto o fenómeno tiene una causa productora, como a su vez produce también un efecto. La casualidad no existe, ni el destino ciego tampoco. Es la causalidad. Esta ley es la misma de Acción y Reacción; todo ser al actuar como agente causal produce una modificación en el medio universal que le rodea, que es un efecto representado por una reacción del medio a la acción primera y cuya finalidad es restablecer el equilibrio alterado por la acción. Los objetos de las acciones vuelven siempre sobre el sujeto que las realiza y no se puede esquivar el efecto una vez cometido el acto.
XIV. Ley de Necesidad
Todo ser o acto responde a una necesidad o utilidad dentro del plan universal de la evolución. La Naturaleza no crea nada inútil y es espléndida en grado sumo en todo aquello que suponga fuerzas en potencia. Es económica y justa en sus manifestaciones, aunque pródiga en sus potencialidades, y hace desaparecer lo que ya no sirve.
XV. Ley de Desigualdad (o de Utilidad)
Es la desigualdad el origen del movimiento y por tanto, de la vida. La desigualdad o excitación inicial está en la actividad de los seres animales y vegetales y en los cambios químicos de los minerales, como también en las combinaciones de fuerzas magnéticas y eléctricas, vitales, radiantes,…de unos y de otros. Cuánto mayor sea la iniciativa de cada ser, más está en su mano ser dueño de los cambios que originan las desigualdades de la vida, por consiguiente el medioambiente será en gran parte, el creado por los seres de mayor iniciativa y voluntad.