Sopa de Miso, un caldo medicinal

Esta sopa tradicional japonesa de origen chino y fundamental en la cocina macrobiótica es muy sabrosa, fácil de preparar y posee múltiples virtudes medicinales. El ingrediente estrella de la sopa es el Miso.

El Miso es un alimento-medicamento, presentado en forma de pasta, que se obtiene de la fermentación de la soja, a veces en combinación con un cereal (arroz o cebada) para hacerlo aún más nutritivo.

El miso se suele tomar en forma de sopa de verduras o de algas. Debe consumirse sin hervir, es decir, lo disolveremos en el caldo en el último momento, ya que si hierve más de medio minuto perderemos su riqueza nutritiva. Basta con una pequeña cantidad (una cucharadita rasa por ración).

  • Además de utilizarlo en sopas, también podemos añadirlo como condimento al final de la cocción de multiples guisos.
  • Para elaborar salsas de ensalada, mezclándolo con vinagre, aceite y especias.
  • Como paté sobre el pan (mezclándolo con Tahin) aporta gran vitalidad.

Propiedades terapéuticas

  • Destacar que es un magnífico remedio para recomponer la flora intestinal debido a los lactobacillus que contiene (como el yogur).
  • Ayuda a la digestión y asimilación de otros alimentos gracias a las enzimas que contiene.
  • Sus aceites insaturados ricos en lecitina y ácido linoleico reducen el colesterol y las grasas y previenen de la arteriosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares.
  • Es muy bajo en calorías por lo que está indicado en dietas de adelgazamiento.
  • Sus isoflavonas ayudan a regular el equilibrio hormonal de la mujer.
  • Posee altas dosis de minerales, aminoácidos y vitamina B12, (muy recomendable para vegetarianos).
  • Es un gran depurativo alcalinizando la sangre, lo que nos hace más resistentes a las enfermedades (ideal para el invierno) y al cansancio.
  • Equilibra el sistema nervioso.
  • Su poder antioxidante nos ayuda a eliminar residuos tóxicos como la nicotina, el alcohol, la contaminación ambiental y los elementos radioactivos (recomendable a enfermos de cáncer con o sin tratamiento químico) también mejora el estado de la piel.

Variedades de Miso

Hatcho: es el más proteico y el más bajo en hidratos de carbono y agua, ya que es solo soja, sin cereal, de sabor fuerte y salado por su alto contenido en sodio.

Genmai hecho de soja y arroz integral, de sabor más suave y aromático.

El Kome que es de soja y arroz blanco y de sabor más dulzón.

El Mugi de soja y cebada, de sabor equilibrado, ni muy suave ni muy fuerte.

Sopa de Miso «a mi manera»

En un litro de agua, pongo media cebolla, un puñadito de daikon deshidratado, un trozo de puerro, una zanahoria y un puñadito de alga wakame, todos los ingredientes troceados pequeñitos. Lo dejo hervir unos 30 min.

Apago el fuego, retiro la sopa del fuego y en un cuenco, a parte, echo el miso junto con un poco del caldo y remuevo hasta que se disuelve bien. Lo incorporo a la sopa y finalizo añadiendo unas gotitas de limón.

En invierno, para combatir el frío, le viene muy bien una pizca de jengibre rallado o en polvo. 

Comentaros que la «auténtica» sopa de miso japonesa lleva como parte principal de sus ingredientes, además del miso, el dashi que es un caldo preparado a base de atún o pescado, también le añaden tofu, fideos y otras verduras, pero yo la prefiero un poco más suave y por eso la preparo como he indicado.

Podéis preparar el caldo vegetal, con las verduras que tengáis en ese momento. Yo cuando dispongo de poco tiempo, me preparo una «sopa miso express» en 10 minutos. Disuelvo en 500 ml. de agua hirviendo un cubito bio de concentrado de verduras, alga wakame y por supuesto, el ingrediente que no puede faltar, una cucharadita del curativo miso, y ya está lista mi sopita medicina.

Guille es claramente un fan de la sopa de miso😄Mafalda aún no la ha probado…😉

Deja un comentario